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COTOPAXI (5.897 m). INTENTO VÍA NORMAL (AD+/700 m/80º máx). ALTITUD ALCANZADA 5.485 METROS

2013/01/01

El momento del desenlace del objetivo principal de nuestra EXPEDICIÓN AL COTOPAXI, después de las numerosas jornadas de aclimatación.

El título ya nos delata y nuestra primera ascensión al Cotopaxi no termina como a nosotros nos hubiera gustado pero la experiencia será irrepetible, al menos, durante algún tiempo... una de las ascensiones más duras de nuestra vida y una de las actividades más exigentes que hemos realizado, por el terreno glaciar en el que discurre y por la altitud en la que se desarrolla pero, sin lugar a dudas, por la terrible y adversa meteorología de camino a la cumbre.

Extenuados y exhaustos debido a la mal tiempo y a la fuerte ventisca durante toda la ascensión, con vientos de hasta 70 km/h y una sensación térmica inferior a -20º C, decidimos retirarnos a 5.485 metros, altitud que constituye hasta la fecha nuestro record particular, aunque tristemente sin cumbre que celebrar.

El resumen de toda nuestra "Expedición al Cotopaxi" y toda la información necesaria para viajar a Ecuador en este enlace: EXPEDICIÓN COTOPAXI (5.897 m). CINTURÓN VOLCÁNICO DE LOS ANDES. ANDES (ECUADOR)


SITUACIÓN
Parque Nacional Cotopaxi.


Cordillera Oriental. Zona Norte del Cinturón Volcánico de los Andes. Andes. Ecuador. South America.


PUNTO DE PARTIDA
Refugio José Ribas o Refugio del Cotopaxi.

Para consultar nuestra aproximación durante la jornada de ayer, pinchad en este enlace: SUBIDA AL REFUGIO JOSÉ RIBAS.

DATOS DEL REFUGIO JOSÉ RIBAS
Teléfono de información y reservas (no del refugio): 00 (593) (02) 320.07.07
Nº plazas en litera: 70
Temporada con guarda: TODO EL AÑO
Energía eléctrica: SI
Agua corriente: SI
Cafetería: SI
Pensión completa: CON RESERVA PREVIA
Cocina libre: SI
Para realizar la reserva en el Refugio José Ribas, consultar este enlace: REFUGIO JOSÉ RIBAS - COTOPAXI/RESERVACIONES
Para más información sobre el Refugio José Ribas, consultar este enlace: REFUGIO JOSÉ RIBAS - COTOPAXI

CARTOGRAFÍA
Cotopaxi 1:40.000 Climbing Map (www.climbing-map.com)

MAPA EN 3D


MAPA EN 3D


MAPA EN 3D


RESUMEN
DESNIVEL: 750 metros (+); 950 metros (-)
DISTANCIA TOTAL: 5,5 km.
TIEMPO TOTAL: 09:30 horas (incluyendo 02:15 horas de descanso en el Refugio José Ribas).
DIFICULTAD: Algo Difícil Superior (AD+).
Pendientes de hielo de hasta 80º alrededor de los 5.370 metros de altitud, un muro de hielo de unos 2 metros de longitud, equipado con una cuerda fija y sin caída al abismo.
Pendientes de hielo de hasta 50º durante el recorrido por el Glaciar del Cotopaxi.

MATERIAL: Material necesario para la progresión en glaciares. Para más información, consultar el libro PROGRESIÓN EN GLACIARES Y RESCATE EN GRIETAS de la Editoral Desnivel o bibliografía similar; casco muy recomendable.
Chaqueta de plumas, mallas o pantalones térmicos, ropa impermeable (pantalón y chaqueta) y gafas de ventisca. Si la meteorología es adversa, será imprescindible contar con el equipo adecuado para no sufrir hipotermia o congelaciones serias.

AGUA: No se puede coger agua en ningún punto del recorrido.

TRACK LOG GPS
Pinchad en este enlace: SPOT ADVENTURES 20130101 COTOPAXI. INTENTO VÍA NORMAL

ASCENSIÓN
Tras pasar una tarde-noche de descanso intermitente por culpa del viento, por momentos parece que vayamos a salir volando con refugio incluido, a las 00:00 AM salimos de los sacos y terminamos de vestirnos... estamos hechos un auténtico manojo de nervios, por fin ha llegado el día del Cotopaxi pero este clima no nos da muy buena espina.

Tal y como se detalla en esta PREVISIÓN METEOROLÓGICA DEL COTOPAXI, si la temperatura en la cima del Cotopaxi suele rondar los -5º C en días tranquilos y hasta -10º C en los peores casos, con este viento la sensación térmica puede llegar a ser de -25º C... veremos lo que nos encontramos.

Todo recogido en el dormitorio.



Bajamos al comedor con los arneses en la mano, a estas horas intempestivas tenemos que obligarnos a "desayunar" mientras otros están dando la bienvenida al 2013... en nuestro caso, como reservamos el pack completo en el refugio, los guardas nos han dejado el desayuno preparado.

Café y té para despertarnos...



... mochilas preparadas.


Hoy apenas tres cordadas (!!!) saldremos en dirección a la cumbre, lo que nos hace estar mucho más nerviosos si cabe, los dos montañeros estadounidenses con sus dos guías, un montañero de la India con su guía y nosotros cuatro, la cordada hispanoamericana... el guía "altamentecualificado" y sus clientes no saldrán hoy hacia la cumbre, esperarán para ver si mejora la meteorología en los próximos días... lamentablemente, nosotros no podemos esperar hasta mañana, cuando hice la reserva en el refugio, intenté reservar también la noche de hoy día 01 de Enero para tener un poco de margen por si la cosa se complicaba pero el refugio estaba completo desde hacía meses por lo que por ahora nos la tenemos que jugar a una carta... lo bueno es que si no sale a la primera, tenemos el resto de la semana para seguir intentándolo.

Ayer Mane y yo comentamos la posibilidad de formar cordada con Tyler y Ann, ellos nos comentan que avanzan más lento que nosotros pero no creo que hoy vaya a ser ese el mayor de nuestros problemas... al final nos ponemos de acuerdo para formar una cordada conjunta, siendo cuatro personas avanzaremos mucho más lento pero será mucho más seguro ascender por el agrietado glaciar del Cotopaxi, que ninguno conocemos de antemano (Tyler ascendió al Cotopaxi hace 7 años pero la vía normal no tiene nada que ver con la de ahora)... así, en caso de que alguno cayéramos en una grieta, las posibilidades de un rescate favorable para el accidentado serían mucho mayores.

Llega el momento de partir, las otras dos cordadas ya han salido, como siempre nosotros los últimos... nos asomamos a la puerta y unas ráfagas huracanadas de viento húmedo nos dan la bienvenida, mal empezamos pero... para eso hemos venido hasta aquí, no???

Comienza la ascensión al Cotopaxi!!!



A la 01:05 AM empezamos a ascender por el evidente sendero que sale desde el refugio en busca del glaciar del Cotopaxi... nos lo tomamos con mucha calma, los primeros metros son primordiales y en seguida tenemos que hacer una parada para quitarnos algo de ropa, es lo que tiene ascender a más de 4.800 metros a estas horas de la madrugada, la sensación térmica es muy baja pero, en mi caso, en cuanto entro en calor me sobra la chaqueta de plumas.

Poco a poco cada uno vamos cogiendo nuestro ritmo y empezamos a estar más cómodos, vamos ascendiendo a oscuras, ganando metros en dirección al comienzo del glaciar, punto donde comienzan las dificultades... el viento no amaina y cada vez es más frío y molesto, esperemos tener un poquito de suerte y que la meteorología vaya mejorando según avance el madrugada.

Mane asciende serio.



El sendero es cómodo aunque ya se nota la altitud, estamos por encima de los 5.000 metros y los pasos han de ser más pausados, ésto no son los Pirineos ni los Alpes... :)

El incesante viento humedo nos acompaña...



... y comienza a cristalizar en nuestra ropa y en la piel.


Continuamos el ascenso por el sendero mientras el viento es cada vez más fuerte, pero si el Cotopaxi es el volcán de Ecuador con más días de tiempo estable!!! Cómo es posible tener tan mala suerte con la meteorología!!! Pocos metros antes de alcanzar el glaciar, adelantamos a la cordada del montañero de la India y su guía, al montañero no se le ve muy suelto y ésto no ha hecho nada más que empezar (posteriormente, el guía nos confirmará que se retiraron justo al llegar al glaciar).

Comienza el glaciar, hora de equiparse.



En poco más de una hora, hemos alcanzado el comienzo del glaciar, situado a unos 5.200 metros de altitud, y donde está la cordada de los dos estadounidenses que, aparentemente, están bastante fuertes y sus dos guías... por seguridad, los cuatro van a formar una cordada única pero cada uno con va con un guía, así si uno de los dos se encontrara mal, el otro podría continuar hasta la cumbre.

Se nota que estamos bien aclimatados, hemos ascendido 400 metros de desnivel en 01:15 horas, ni en nuestra mejores previsiones... pero ahora nuestras preocupaciones son otras, este viento húmedo es terriblemente frío y es un suplicio sacar las manos de los guantes para ponernos los crampones y para encordarnos... me vuelvo a poner el plumas, he aguantado durante la subida pero a partir de aquí es imposible continuar sin una potente capa térmica (y no es que no lleve ropa).

Acostumbrados a nuestros crampones semiautomáticos, los crampones que llevamos son de correas y yo no me siento especialmente cómoda con ellos, quizá porque no estoy habituada... durante la EXPEDICIÓN AL IZTACCÍHHUATL, tuvimos que comprar parte del material que nos dejamos en España al mudarnos temporalmente a Panamá y no fuimos capaces de encontrar unos crampones semiautomáticos ni en México D.F. ni en Puebla. Los únicos crampones que encontramos fueron unos VASAK FLEXLOCK DE PETZL. En teoría, son adecuados para travesías glaciares y las características técnicas son las mismas que las de los VASAK LEVERLOCK DE PETZL, pero la fijación no es comparable. Si queréis más información, pinchad en este enlace: PETZL.COM/VASAK.

Ann termina de colocarse los crampones...



... última revisión.


El viento húmedo no para de lanzarnos copos de nieve (más tarde será hielo) que, gracias al flash, se pueden apreciar perfectamente en el ambiente y que cada vez son más numerosos y, por supuesto, más molestos.

Mientras termino de encordarme, empiezo a pensar que hace un rato que ya hemos batido nuestro record de altitud, que estaba en los 5.126 metros del ILINIZA NORTE y en los 5.125 metros del MONTE DE VENUS DEL IZTACCÍHUATL... veremos si hoy lo podemos celebrar en la cumbre del Cotopaxi.

Tardamos más de lo previsto pero al fin estamos listos en la cordada de cuatro, Mane en cabeza, yo segunda, Ann en tercera posición y Tyler cerrando la cordada hispanoamericana... por fin empieza la auténtica ascensión.

Nuestro compañero inseparable de aquí a la cima.



La huella del glaciar del Cotopaxi es casi como una autovía, aparentemente no se aprecia en mitad de la noche pero las marcas de los numerosos crampones que transitan por aquí a diario no dan lugar a dudas.

El ascenso no da tregua y las primeras rampas son bastante inclinadas... mucho tiempo ha pasado desde la última vez que nos calzamos unos crampones, cuando ascendimos al CURAVACAS POR LA CANAL SUROESTE, una eternidad para mi gusto, ahora que lo pienso... :(

Avanzamos lento pero seguro ya que al principio nos cuesta llevar a todos más o menos el mismo ritmo, no es fácil cuando somos Mane y yo solos así que con cuatro menos todavía... poco a poco vamos consiguiendo mantener la distancia entre cada uno para llevar la cuerda lo suficientemente tensa, como debe ser en una ascensión glaciar de estas características, quizá seamos demasiado puristas pero es que no nos apetece tener ninguna sorpresa en mitad del agrietado glaciar del Cotopaxi.

Mirando al suelo, ésto es lo único que vemos.



En mitad de la noche y en medio del glaciar completamente a oscuras, comienzan a aparecer las primeras grietas, solo visibles cuando ya estamos casi encima de las mismas, coronadas por los tímidos puentes de nieve por donde transita la huella.

Pero además de las grietas, el mayor problema es el viento húmedo, que cada vez es más intenso, más violento y más frío, la temperatura debe rondar en torno a -5º C pero la sensación térmica debe ser de -15º C porque además del plumón, llevo un chaleco de plumas y tres capas más, sin contar con la capa impermeable exterior y no me sobra nada de ropa... miro hacia delante y veo a Mane, a duras penas, con su frontal en la frente, negociando los pasos, mientras nosotros extremamos la precaución... y así, uno a uno, vamos avanzando con cautela, cada vez más inmersos en este laberinto de seracs y de grietas amenazantes que constituye el glaciar del Cotopaxi.

La huella en dirección a la cima...



... el Cotopaxi no nos lo va a poner nada fácil.


Ganamos metros y de vez en cuando tenemos que parar porque a alguno se nos ha soltado un crampón, mientras tanto, el resto de la cordada aprovechamos para beber té "caliente", totalmente granizado incluso en los bidones isotérmicos, lo ideal para entrar en calor, sobre todo después de quitarte los guantes para manipular el frío metal... desde hace un rato, no estoy muy cómoda, noto un cierto dolor en la nariz, supongo que será por el intenso viento que congela cualquier parte del cuerpo al aire, Ann y Tyler van tapados casi hasta los ojos pero yo prefiero ir un poco más destapada, si me coloco la braga empiezo a notar una especie de "agobio raro", será la altitud... tampoco ayuda mucho el hecho de que no paro de moquear y, como no es plan de sacar un klennex y sonarme la nariz, la solución es restregarme con los guantes de invierno para poder seguir respirando.

Aparecen en escena los gigantescos seracs, avanzamos ensimismados, incluso de noche es el glaciar más espectacular que he visto en mi vida, nos sentimos minúsculos en mitad de la masa de hielo y de las gigantescas grietas que poco a poco vamos sorteando.

Alguna pequeña en el camino...



... el abismo está ahí mismo...


... la pendiente se acentúa.


Hasta que alcanzamos uno de los puntos claves de la ascensión, un muro de hielo de unos 2 metros de longitud y de 80º de inclinación situado en torno a los 5.370 metros de altitud, equipado con una cuerda fija para facilitar la progresión... el paso no es excesivamente expuesto ya que no tiene caída al abismo... antaño, ésto era una gran grieta que se salvaba gracias a un puente de nieve pero posteriormente el puente se derrumbó, colapsando la grieta y dejando es su lugar este pequeño obstáculo.

Primer turno para Mane, que asciende el muro fácilmente, ciertamente la cuerda fija ayuda bastante a superarlo, y que se dispone a asegurarme desde arriba para que lo supere sin excesivas complicaciones... por suerte, estamos a resguardo del viento, el laberinto del glaciar nos protege de lo peor y solo notamos una ligera brisa, lo suficiente para congelarnos mientras estamos sin movernos.

Un vistazo al paso...



... el murete de hielo con la cuerda fija...


... y la pequeña caída.


Es mi turno y no las tengo todas conmigo, la separación existente entre la base y el murete de hielo no ayuda y además empiezo a notar muchísimo frío por el tiempo que llevamos aquí parados... me empeño en clavar el piolet con todas mis fuerzas y me machaco una falange en el segundo "pioletazo", es lo que tiene llevar más de un año y medio sin hacer corredores (en Panamá está difícil)... para colmo de males, mis CRAMPONES DE CORREAS no me dan mucha confianza, donde estarán mis crampones semiautomáticos!!! Con la ayuda de Tyler y de la cuerda fija, consigo superar el murete pero el piolet se resbala y cae a la grieta, menos mal que no es muy profunda... Sarita la torpe, dejando el pabellón muy alto en el Cotopaxi... :)

Después del "numerito" montado, Tyler recupera mi piolet y se dispone a ayudar a Ann para que supere el murete mientras Mane la asegura desde arriba.

Asegurando...



... en estado de congelación.


No sin problemas, Ann supera el murete mientras yo sigo con las molestias en la nariz... turno de Tyler que se nota a la legua que es un "frikazo del big wall climbing" (tendríais que ver sus manos y sus brazos) y supera el paso casi sin problemas... nos parece una eternidad lo que llevamos aquí pero apenas hemos tardado 15 minutos en superar los cuatro el muro de hielo, será por el frío y por el viento.

Hora de continuar, la cara de Mane es todo un poema...



Mientras estamos terminando de recolocarnos en nuestra posición, la cordada de los dos americanos con sus dos guías que llevábamos por delante aparece en escena... nos miramos mutuamente con cara de circunstancia, no hace falta decir que no han hecho cumbre, por las horas que son y porque bajan totalmente congelados, malas noticias para todos... :(

Interrogamos a los guías sobre cómo está el tema y nos dicen que imposible, si aquí sopla el viento, ahí arriba es un auténtico vendaval de hielo y nieve, ahora estamos resguardados en el seno del glaciar pero unos metros más arriba saldremos a una especie de arista donde el viento te azota en todas direcciones... ellos se ha retirado a casi 5.600 metros porque el avance era imposible, el viento les tiraba al suelo a cada paso y no podían seguir avanzando... pero lo mejor de todo es que desde el punto donde se han retirado el viento no cesa hasta la cumbre, al contrario, en días como hoy sopla mucho más fuerte.

Los guías nos comentan que el viento siempre empieza a soplar pasado el muro de hielo pero, normalmente y con buen tiempo, suele amainar alrededor de los 5.450 metros... hoy la meteorología es todo lo contrario a favorable y la salida a la arista es un infierno... de ahí a la cumbre, el viento, lejos de amainar, soplará con más fuerza hasta el punto de impedir el avance, como les ha pasado a ellos... sus clientes están fuertes pero ellos, que se conocen el Cotopaxi como la palma de la mano ya que lo ascienden varias veces en la misma semana, han decidido retirarse... su última frase es lapidaria: "La Montaña hoy no se deja ascender... tened mucho cuidado".

Ni nos planteamos darnos la vuelta, ellos se han retirado pero nosotros tenemos que intentarlo, al menos hasta que podamos... sin mediar palabra continuamos el ascenso mientras ellos continúan el descenso hasta el refugio.

Unos metros más arriba la huella nos encamina hacia un paso muy expuesto, es el comienzo de una canal que gira hacia la derecha con caída al abismo a la izquierda y donde el viento ya empieza a soplar de lo lindo... en la base de la misma, esperamos a que Mane lo supere y cuando noto el tirón comienzo el ascenso... tras el tramo inicial más expuesto, la canal gira hacia la derecha y el viento se transforma en un vendaval de nieve y hielo, de repente, no consigo ver nada, a duras penas puedo abrir los ojos y la pendiente ronda los 50º, ideal para tener algún incidente, ya veremos como lo gestionamos en el descenso...

Espero en mitad de la canal a que Ann supere el tramo inicial y repetimos la jugada con Tyler hasta que todos nos encontramos en la arista... se acabó la pequeña tregua, la nieve y el hielo nos golpean por todas partes, imposible sin las gafas de ventisca, el sonido ensordecedor del viento y la nieve incrustándose en nuestra ropa es nuestro único acompañante, por lo que comenzamos a avanzar muy lentamente... no veo a mis compañeros de cordada, solo intuyo los tirones de la cuerda porque Ann se retrasa o porque Mane se adelanta... ascendemos como sonámbulos, chocándonos contra los trozos de hielo, torpes y confusos, notando como el frío se va adueñando cada vez más de nuestros cansados cuerpos... múltiples pensamientos se agolpan en mi cabeza, tenemos que llegar a la cumbre, tenemos que llegar a la cumbre... pero empiezo a estar preocupada, mis manos me duelen en exceso y mi nariz está como adormecida, ya no siento dolor, pienso que es muy difícil que se me congele porque es una zona muy irrigada pero a mi mente vienen fotos de algún alpinista con la nariz congelada... pienso: "Qué exagerada eres!! Es imposible, no estás en Himalaya ni ésto es un Ochomil" Pues efectivamente, estamos en los Andes y éste es el Cotopaxi, pero con muy malas pulgas y creo que, con mal tiempo, no debemos subestimarlo.

El ascenso se me hace eterno, cuánto tiempo llevaremos aquí?? En más de una ocasión estoy a punto de caer al suelo por el viento, empiezo a estar cansada y desgastada física y mentalmente... me pregunto cuando cesará el viento pero parece ser que hoy no es el día y esta sensación de estar en mitad de un huracán no nos abandonará hasta la cumbre... noto el tirón de la cuerda, parece que Ann ha estado a punto de caerse... mis expectativas de hacer cima empiezan a desvanecerse porque comienzo a pensar en el descenso, el viento nos arrebata un poco de fuerza en cada paso, me preocupa cómo afrontar la canal y el muro de hielo extenuados y cansados debido a este desgaste... y, por supuesto, la travesía por los puentes de nieve sobre las grietas y bajo los seracs, si conseguimos llegar a la cumbre será a una hora muy tardía con el consiguiente peligro de caer en una grieta en el glaciar... ahora que lo pienso, no sé que hora es pero tampoco puedo mirarlo, mi pulsómetro está debajo de varias capas y no soy capaz de encontrarlo, me duelen las manos y me noto como atontada, es extraño pero empiezo a tener sueño, como con ganas de dormir... mala señal, el frío extremo me está pasando factura y se que aún estamos muy lejos de la cima.

Miro hacia delante, quiero hablar con Mane pero ni yo le veo ni él me ve, solo sé que está ahí porque la cuerda sigue tirando de mí hacia arriba, no tengo fuerzas para gritar y aunque las tuviera no podría oírme... me paro y tiro de la cuerda para que se de por aludido y por fin se detiene... me aproximo a él y a duras penas miramos la altitud a la que nos encontramos, 5.485 metros, aún a 5.485 metros... en el GPS veo la hora, ya son las 05:35 horas y aún estamos a 400 metros de la cumbre... es imposible avanzar más rápido con esta meteorología, hemos tardado una hora en ascender 100 metros escasos, justo desde que nos cruzamos con la única cordada que llevábamos por delante, a este ritmo aún nos deben quedar unas cuatro horas hasta la cima, cuando a estas horas tendríamos que estar ya en la Canaleta, a una hora escasa de la misma... ahora estamos solos en mitad del vendaval, en el gigantesco glaciar del Cotopaxi, a cuatro horas de la cumbre y yo empiezo a tener síntomas de que algo no va bien, no es la altitud, es el frío extremo... Mane y yo no lo vemos claro, no sabemos lo que podremos aguantar en estas condiciones, la cima aún está muy lejos y tenemos un entretenido descenso por delante... Ann y Tyler se aproximan poco a poco, están tan exhaustos como nosotros, comentamos la altitud a la que nos encontramos y lo que aún nos falta para la cumbre...

Ninguno quiere decirlo pero todos pensamos lo mismo, lamentablemente, la decisión más razonable es la de retirarse en este punto pero también es la más difícil de tomar... el sentimiento de frustración me invade por completo, los que me conocen saben que nunca doy una cumbre por perdida pero las grandes montañas son así, un compendio entre preparación física, mental, aclimatación y meteorología... y en este caso, la meteorología nos ha dado un revés y el Cotopaxi nos ha recibido con su peor cara.

Antes de iniciar el descenso, me decido a sacar la cámara, no puedo marcharme sin hacer una foto, en qué estaría pensando... a duras penas puedo agarrarla con los guantes en mitad de la ventisca.

El espectro de Mane a 5.485 metros de altitud, es hora de retirarse... :(



Y como era previsible adios cámara, la pobre se ha medio congelado y el objetivo se ha llenado de escarcha, ahora no puedo apagarla y nosotros en medio de la ventica... consigo encenderla y al volver a apagarla el objetivo se queda a mitad de camino... al menos puedo guardarla en la funda.

Sin más preámbulos iniciamos el descenso, no puedo parar de tiritar y no siento la nariz... empiezo a pensar que no hemos hecho cumbre y además se me ha estropeado la cámara, pero ésta no era la época buena para escalar en Ecuador??? Más frustraciones a la espalda... así me entretengo para no pensar en que tengo mucho frío, que estoy muy cansada y que quizá sea la primera que pierda la nariz en el Cotopaxi (es broma), porque todavía tenemos que descender la canal y seguimos en mitad de la ventisca... antes de lo previsto alcanzamos el comienzo de la misma y poco a poco vamos descendiendo, uno a uno, con mucho cuidado para no pisar la cuerda, estamos cansados y aquí los errores no están permitidos.

Momentos de tensión pero al fin estamos fuera de la canal, donde el viento cesa en gran medida, qué alivio, ya me estaba volviendo loca... empieza a clarear, ya ha amanecido y la luz ilumina el glaciar y lo que tenemos por delante... Mane se anima a sacar la cámara, yo miro la mía pero está "parcialmente irrecuperable" y tampoco tengo manos para estar manipulándola.

Lo peor ya ha pasado, aquí el viento apenas sopla...



Poco más hay que decir, nuestra caras son un poema, pinchad en la imagen, mi nariz empieza a estar roja como un pimiento morrón y mi pelo... mi pelo se escapó de la capucha durante el ascenso y cuando me quise dar cuenta ya se había congelado, supongo que me lo tendré que cortar para poder recuperarlo... :)

No nos entretemos más, tenemos frío y el día comienza a avanzar... continuamos hasta llegar al muro de hielo que poco a poco y con cuidado vamos destrepando uno a uno gracias a la cuerda fija, lástima de fotos, no tengo cámara pero tampoco tengo ganas para hacerlas... pasado el muro, comienza el recorrido por las gigantescas grietas existentes en el glaciar, por suerte Mane se entretiene en tomarnos algunas instantáneas durante el descenso.

Bordeando este gigantesco serac...



... el espectacular Glaciar del Cotopaxi...


... ahora en mitad del laberinto.


Siento una rabia tremenda, no poder hacer fotos me mata pero no tengo cámara y Mane no quiere dejarme la suya por torpe... :) Grabo en mi retina las espectaculares estampas por las que vamos transitando, grietas infinitas sin fondo, seracs de mil formas y puentes de nieve que ahora nos intimidan algo más que en mitad de la oscuridad de la noche.

Espectacular glaciar del Cotopaxi.



El laberinto de grietas se suaviza y por fin puedo convenecer a Mane para que me ceda temporalmente la cámara, la mía parece que ha revivido pero el objetivo está congelado y éste no es el mejor lugar para ponerme a arreglarlo.

Inmersos en el blanco elemento...



... atravesando alguna pequeña grieta.


La huella nos encamina hacia el final del glaciar y nosotros empezamos a relajarnos, es una mezcla de sensaciones entre tristeza, rabia y decepción pero hemos de ser positivos, aún no está todo perdido, hoy es Martes y tenemos toda la semana por delante para volverlo a intentar, si es que la meteo nos lo permite.

Casi sin darnos cuenta, llegamos al comienzo del glaciar, es hora de desencordarnos y de quitarnos los crampones, claro está sin entretenernos demasiado, el viento sigue soplando y nos sigue arrebatando el poco calor que nos queda en el cuerpo... nos observamos unos a otros, somos gélidos muñecos jugando a ser alpinistas, intentando conquistar a un gigante de hielo inalcanzable, al menos en estas condiciones.

Veremos cómo sacamos el pato o SHUNT DE PETZL de la cuerda...



... Ann intenta quitarse la mochila, tarea difícil cuando el cierre está congelado...


... bonito panorama...


... mi guante está ahí debajo.


Y el punto naranja en la esquina superior derecha es el casco de Mane, que ha salido rodando junto con sus gafas de ventisca, es lo que tiene estar tan cansado, que las cosas más simples se convierten en complicadas y ni siquiera somos capaces de dejar los trastos en un sitio seguro antes de que rueden ladera abajo.

Ya fuera del glaciar, reanudamos el descenso, en apenas 05:00 horas el sendero ha desaparecido y ahora está cubierto de nieve, más de uno tendrá algún pequeño resbalón.

Sin posibilidad de pérdida...



... de vuelta al refugio.


Durante el descenso, no puedo dejar de pensar en las múltiples imágenes que he visto de la cima del Cotopaxi en un día despejado, observando el precioso crater mientras el Chimborazo, el Cayambe y los Ilinizas se elevan alrededor sobre el mar de nubes... y tampoco puedo dejar de pensar en nuestra mala suerte con la meteo aquí, donde solo hemos tenido un día de buen tiempo cuando se supone que ésta era la temporada buena para escalar en Ecuador.

Ann ha recuperado la sonrisa...



... aunque el cansancio y el frío extremo se nota en nuestras caras...


... el refugio está cerca...


... un vistazo al Cotopaxi...


... disfrutando del buen tiempo en Ecuador...


... mi ansiado Cotopaxi tendrá que esperar.


Durante el descenso, vamos pegando trompicones y alguno estamos a punto de bajar rodando de cabeza... cada vez somos más conscientes de que hemos hecho bien en retirarnos, pero la sensación agridulce aún nos durará un tiempo.

Deseando llegar al Refugio José Ribas...



... para resguardarnos del viento...


... el tímido sol se agradece...


... últimos metros antes de llegar al refugio.


Pasadas las 08:00 AM, alcanzamos el refugio y nos ponemos a salvo del viento, mi nariz parece que se va recuperando pero me duele horrores y empieza a estar un poco hinchada y como un tomate... a estas horas, están de limpieza en el interior del refugio así que nos toca quedarnos en la entrada al menos hasta que terminemos de descongelarnos.

No sabemos si el GPS sobrevivirá...



... no estamos para muchas fotos...


... Cotopaxi desde la entrada...


... mostrando su mejor cara.


En el refugio se encuentran los dos americanos con sus dos guías, que están desayunando por segunda vez... les comento que al final nos hemos retirado a 5.485 metros y aún así nos felicitan porque tal y como están las cosas hoy, era tarea difícil llegar a esa altitud y menos sin un guía que se conozca el terreno.

Vuelvo a comentar la jugada con ellos, yo estoy un poco apesadumbrada pero ellos no paran de repetir que hoy el Cotopaxi era imposible de conseguir, al menos sin arriesgar demasiado, quizá se podría haber hecho cumbre a cambio de alguna congelación severa o algún accidente en el descenso... ciertamente, yo querría haber hecho cumbre pero no a cualquier precio.

Apenas tengo ganas de hacer fotos, me encuentro cansada, me duelen las manos, tengo frío y estoy cabreada... al final, ninguna cordada de las que lo hemos intentado hemos hecho cumbre pero mi sentimiento de fracaso es complicado de gestionar, al menos por ahora.

Mi frontal sigue encendido, imposible apagarlo...



... intentando desayunar algo caliente, falta nos hace... :(


Nos preparamos varias tazas de té y llenamos nuestros estómagos con buena parte de los panecillos que porteamos ayer, apenas hablamos entre nosotros, solo para quejarnos de la maldita meteo y para darnos los teléfonos y los correos... les pregunto a los guías pero en el refugio no hay sitio para pasar esta noche, yo me quedaría para intentarlo mañana pero así está realmente complicado.

Ann y Tyler ya están pensando en el Cayambe, al que también quieren "ascender" o al menos intentarlo pero yo sigo obcecada con el Cotopaxi, es un capricho que tengo desde hace tiempo y me cabrearía bastante terminar este viaje sin haberlo ascendido.

Estamos cansados pero, lamentablemente, poco más tenemos que hacer aquí, sin plazas en el refugio, lo único que podemos hacer es descender y esperar en el hostal hasta que la meteorología mejore para volverlo a intentar esta semana... recogemos con desgana nuestras empapadas mochilas y nos cercioramos de bajarnos todo nuestro material, aunque alguno se dejará olvidado el arnés, lo dicho, tareas sencillas se vuelven tremendamente complicadas cuando estás tan desgastado físicamente (menos mal que Tyler se dió cuenta a tiempo!!).

Ann y Tyler deciden quedarse un rato más mientras terminan de recoger pero nosotros preferimos marcharnos cuanto antes... nos despedimos de ellos temporalmente, nosotros meditaremos qué hacer y si al final nos animamos, nos iremos con ellos para ascender al Cayambe, el tercer volcán más elevado de Ecuador por detrás del Chimborazo y del Cotopaxi.

Listos para iniciar el descenso.



En este rato dentro del refugio, el Cotopaxi se ha terminado de cubrir, menuda previsión para mañana, nosotros estaremos atentos, esperando la ventana de buen tiempo que todo el mundo pronostica pero que no termina de llegar.

Nos despedimos del Refugio José Ribas...



... no como a nosotros nos hubiera gustado...


... trillado sendero...


... volveremos tarde o temprano...


... algunos suben muy cargados, porteando comida al refugio...


... por si lo dudabais, el viento sigue soplando con fuerza...


... el parqueadero está cerca...


... muchos suben a pasar el día en el refugio más visitado de Ecuador...


... un poco decepcionados...


... hasta llegar al aparcamiento...


... con un sol radiante, como el resto de los días.


Apenas nos entretenemos, queremos llegar cuanto antes al hostal para intentar descansar y para decidir qué hacer durante los próximos días... si estuviésemos en Alpes, consultaríamos la previsión meteorológica para poder organizarnos pero lamentablemente aquí es poco fiable por lo que tendremos que confiar en lo que nos digan los guías que veamos en el hostal o cómo vayamos viendo la evolución por nosotros mismos.

Con menos apuros que a la ida, descendemos la empinada pista de acceso al Parqueadero del Cotopaxi y abandonamos el parque nacional para volver hasta El Chaupí... aunque sea el día 01 de Enero, el trasiego de grupos continúa y compartimos el comedor del hostal con un numeroso grupo de austríacos que acaban de intentar el ILINIZA NORTE.

Una sopa caliente para entonar el cuerpo.



Pasamos la sobremesa intentando secar la ropa completamente empapada y consultando la meteo para los próximos días... Cotopaxi o Cayambe, esa es la cuestión, optamos por lo seguro con el Cotopaxi o nos arriesgamos con el Cayambe, la meteo decidirá.

Y mi pobre nariz?? Pues al día siguiente, me levanto con algo en la cara que no es una exactamente una nariz... de camino a Ambato, para ver cómo está la meteo en el Chimborazo, paramos en Latacunga y en una de las farmacias me recomiendan una potente crema con antibiótico y si la cosa empeora no me quedará más remedio que ir al médico.

Dos días después de la ventisca en el Cotopaxi...



Evidentemente, ésta no es mi mejor foto: arrugas, ojeras, manchas del sol y la punta de la nariz como la de un payaso y con unas extrañas costras en los laterales, supongo que por restregarme demasiadas veces con los guantes... la peor parte se la llevó el lateral izquierdo (el derecho en la foto), por dónde más nos castigó el viento durante el ascenso... la inflamación me durará más de una semana y las costras me acompañarán durante más de tres semanas (aún tengo una pequeña cicatriz)... y también me quedo con la duda del diagnóstico, el Centro de Salud de El Chaupí daba miedo y me habría tocado ir a algún hospital en Quito, terminando de arruinar todos nuestros planes para los próximos días.

Ahora toca descansar y esperar la llegada del buen tiempo, aún no está todo perdido...